jueves, 28 de enero de 2016

LECTURAS DEL JUEVES III DEL T. ORDINARIO 28 DE ENERO SANTO TOMÁS DE AQUINO PRESBÍTERO Y DOCTOR DE LA IGLESIA (BLANCO)


¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?






ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 44, 15. 14

Los pueblos proclamen la sabiduría de los santos, la Iglesia cante sus alabanzas; sus nombres vivirán por los siglos de los siglos.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que hiciste insigne a santo Tomás de Aquino por el anhelo de la santidad y la dedicación a las ciencias sagradas, concédenos comprender sus enseñanzas e imitar el ejemplo de su vida. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

¿Quién soy yo, Señor, y qué es mi casa?

Del segundo libro de Samuel: 7, 18-19. 24-29


Cuando David se enteró por Natán de las promesas divinas, fue a ponerse delante del Señor y le dijo: "¿Quién soy yo, Señor, y qué es mi casa, para que me hayas favorecido tanto hasta el presente? Y no contento con esto, extiendes ahora tus promesas también a mis descendientes. Ciertamente, Señor, no es así como proceden los hombres.

Tú has elegido al pueblo de Israel para que sea siempre tu pueblo. Y tú, Señor, has querido ser su Dios. Ahora, Señor, manténle a tu siervo y a su casa la promesa que le has hecho y cumple tus palabras. Así tu nombre será glorificado para siempre y todos dirán: 'El Señor de los ejércitos es el Dios de Israel'.

La casa de tu siervo David permanecerá para siempre en tu presencia, pues tú, Señor de los ejércitos, Dios de Israel, eres quien le ha hecho esta revelación a tu siervo. Yo te edificaré una casa; por eso tu siervo se ha atrevido a dirigirte esta súplica. Sí, Señor, tú eres Dios y tu palabra es verdadera. Tú has hecho una promesa a tu siervo David; dígnate, pues, ahora, bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca para siempre ante ti, porque tú, Señor Dios, lo has dicho, y con tu bendición, la casa de tu siervo será bendita para siempre". 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 131

R/. Dios le dará el trono de su padre David.


Señor, Dios poderoso de Jacob: en favor de David acuérdate de todos sus afanes y de aquel juramento que te hizo. R/.
David juró al Señor: "No he de entrar en la tienda donde habito ni he de subir al lecho en que descanso, no habré de conceder sueño a mis ojos ni quietud a mis párpados, hasta que halle un lugar para el Señor, una morada fija para el Dios poderoso de Jacob". R/.

Dios prometió a David —y el Señor no revoca sus promesas—: "Pondré sobre tu trono a uno de tu propia descendencia. R/.

Si tus hijos son fieles a mi alianza y cumplen los mandatos que yo enseñe, también ocuparán sus hijos tu trono para siempre". R/.

Esto es así, porque el Señor ha elegido a Sión como morada: "Aquí está mi reposo para siempre. Porque así me agradó, será mi casa". R/.



ACLAMACIÓN  Sal 118, 105



R/. Aleluya, aleluya.


Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos y una luz en mi sendero. R/.

La misma medida que utilicen para tratar a los demás, se usará para tratarlos a ustedes.

Del santo Evangelio según san Marcos: 4, 21-25


En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido, es para que se descubra; y si algo se ha ocultado, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga".

Siguió hablándoles y les dijo: "Pongan atención a lo que están oyendo. La misma medida que utilicen para tratar a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene, se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará". 

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al celebrar estos divinos misterios, te suplicamos, Señor, que el Espíritu Santo derrame sobre nosotros la luz de la fe que iluminó a santo Tomás de Aquino para propagar tu gloria sin descanso. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1 Cor 1, 23-24

Nosotros predicamos a Cristo crucificado: a Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Fortalecidos, Señor, con el alimento celestial, te suplicamos humildemente que, siguiendo las enseñanzas de santo Tomás de Aquino, perseveremos siempre en acción de gracias por los dones recibidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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