miércoles, 11 de noviembre de 2015

LECTURAS DEL MIÉRCOLES XXXII DEL T. ORDINARIO 11 DE NOVIEMBRE SAN MARTÍN DE TOURS OBISPO (BLANCO)


¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?






ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. 1 S 2, 35

Me suscitaré un sacerdote fiel, que obrará conforme a mi corazón dice el Señor.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has glorificado tanto por la vida como por la muerte del obispo san Martín de Tours, renueva en nuestros corazones las maravillas de tu gracia, para que ni la vida ni la muerte puedan separarnos de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Escuchen, reyes, para que obtengan la sabiduría.

Del libro de la Sabiduría: 6, 1-11


Escuchen, reyes, y entiendan; aprendan, soberanos de todas las naciones de la tierra; estén atentos, los que gobiernan a los pueblos y están orgullosos del gran número de sus súbditos: El Señor les ha dado a ustedes el poder; el Altísimo, la soberanía; Él va a examinar las obras de ustedes y a escudriñar sus intenciones.

Ustedes son ministros de su reino y no han gobernado rectamente, ni han cumplido la ley, ni han vivido de acuerdo con la voluntad de Dios. Él caerá sobre ustedes en forma terrible y repentina, porque un juicio implacable espera a los que mandan. Al pequeño, por compasión se le perdona, pero a los poderosos se les castigará severamente. El Señor de todos ante nadie retrocede y no hay grandeza que lo asuste; Él hizo al grande y al pequeño y cuida de todos con igual solicitud; pero un examen muy severo les espera a los poderosos.

A ustedes, pues, soberanos, se dirigen mis palabras, para que aprendan a ser sabios y no pequen; porque los que cumplen fielmente la voluntad del Señor serán reconocidos como justos, y los que aprenden a cumplir su voluntad encontrarán defensa. Pongan, pues, atención a mis palabras, búsquenlas con interés y ellas los instruirán. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 81

R/. Ven, Señor, y haz justicia.


Protejan al pobre y al huérfano, hagan justicia al humilde y al necesitado, defiendan al desvalido y al pobre y líbrenlos de las manos del malvado. R/.

Yo declaro: "Aunque todos ustedes sean dioses e hijos del Altísimo, morirán como cualquier hombre, caerán como cualquier príncipe". R/.



ACLAMACIÓN  1 Ts 5, 18




R/. Aleluya, aleluya.


Den gracias siempre, unidos a Cristo Jesús, pues esto es lo que Dios quiere que ustedes hagan. R/.

¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?

Del santo Evangelio según san Lucas: 17, 11-19


En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: "¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!"

Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra.

Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ése era un samaritano. Entonces dijo Jesús: "¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?" Después le dijo al samaritano: "Levántate y vete. Tu fe te ha salvado".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica, Señor Dios, estos dones, que alegres te presentamos en honor de san Martín, para que nuestra vida, en medio de las penas y alegrías, para este santo sacrificio, esté siempre orientada hacia ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 25, 40

Yo les aseguro que cuando lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, conmigo lo hicieron, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el sacramento de la unidad, ayúdanos, Señor, a hacer siempre tu voluntad, para que así como san Martín te obedeció de todo corazón, también nosotros vivamos el gozo de ser verdaderamente tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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