domingo, 15 de noviembre de 2015

LECTURAS DEL DOMINGO XXXIII DEL T. ORDINARIO 15 DE NOVIEMBRE (VERDE)


Nadie conoce el día ni la hora. Ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solamente el Padre.





ANTÍFONA DE ENTRADA Jr 29, 11. 12. 14

Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor. Ustedes me invocarán y yo los escucharé y los libraré de la esclavitud donde quiera que se encuentren.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio porque la profunda y verdadera alegría está en servirte siempre a ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Entonces se salvará tu pueblo.

Del libro del profeta Daniel: 12, 1-3


En aquel tiempo, se levantará Miguel, el gran príncipe que defiende a tu pueblo.

Será aquel un tiempo de angustia, como no lo hubo desde el principio del mundo. Entonces se salvará tu pueblo; todos aquellos que están escritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo, despertarán: unos para la vida eterna, otros para el eterno castigo.

Los guías sabios brillarán como el esplendor del firmamento, y los que enseñan a muchos la justicia, resplandecerán como estrellas por toda la eternidad. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 15  

R/ Enséñanos, Señor el camino de la vida.


El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. Tengo siempre presente al Señor y con Él a mi lado, jamás tropezaré. R/.

Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás que sufra yo la corrupción. R/.

Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti. R/.


Con una sola ofrenda Cristo hizo perfectos para siempre a los que ha santificado.

De la carta a los hebreos: 10, 11-14. 18

Hermanos: En la antigua alianza los sacerdotes ofrecían en el templo, diariamente y de pie, los mismos sacrificios, que no podían perdonar los pecados. Cristo, en cambio, ofreció un solo sacrificio por los pecados y se sentó para siempre a la derecha de Dios; no le queda sino aguardar a que sus enemigos sean puestos bajo sus pies. Así, con una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los que ha santificado. Porque una vez que los pecados han sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos.

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN Cfr. Lc 21, 36




R/. Aleluya, aleluya.

Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre. R/.

Congregará a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales.

Del santo Evangelio según san Marcos: 13, 24-32


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando lleguen aquellos días, después de la gran tribulación, la luz del sol se apagará, no brillará la luna, caerán del cielo las estrellas y el universo entero se conmoverá. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad. Y Él enviará a sus ángeles a congregar a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales y desde lo más profundo de la tierra a lo más alto del cielo.

Entiendan esto con el ejemplo de la higuera. Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Así también, cuando vean ustedes que suceden estas cosas, sepan que el fin ya está cerca, ya está a la puerta. En verdad que no pasará esta generación sin que todo esto se cumpla. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de cumplirse. Nadie conoce el día ni la hora. Ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solamente el Padre". 

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo

Presentemos nuestras plegarias a Dios, nuestro Padre.

Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.

– Por los pastores de la Iglesia. Para que con su ejemplo sean un estímulo para que surjan nuevas vocaciones al servicio sacerdotal. Oremos.

– Por nuestra Iglesia diocesana. Para que disponga de los recursos materiales necesarios para llevar a cabo su actividad y mantener sus obras apostólicas. Oremos.

– Por los gobernantes de todas las naciones. Para que el ejemplo de servicio de Jesucristo los lleve a buscar siempre el bien de todos, y de un modo especial de los más débiles. Oremos.

– Por los que sufren a causa de la soledad, la enfermedad, el hambre o la pobreza. Para que no les falte la ayuda de los que pueden hacer más llevadera su situación. Oremos.

– Por todos los que estamos aquí. Para que, cuando termine nuestro peregrinar en este mundo, el Padre del amor y de la misericordia nos reciba con nuestros hermanos difuntos en el banquete de su Reino. Oremos.

Escucha, Señor, las oraciones que te hemos dirigido, y guárdanos siempre de todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, que estas ofrendas que ponemos bajo tu mirada, nos obtengan la gracia de vivir entregados a tu servicio y nos alcancen, en recompensa, la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 72, 28

Mi felicidad consiste en estar cerca de Dios y en poner sólo en él mis esperanzas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Al recibir, Señor, el don de estos sagrados misterios, te suplicamos humildemente que lo que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya, nos aproveche para crecer en nuestra caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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