domingo, 4 de enero de 2015

LECTURAS DEL DOMINGO DE LA SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR 4 DE ENERO (BLANCO)


Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron.






Misa vespertina de la vigilia 

Esta Misa se dice en la tarde del día que precede a la solemnidad, ya sea antes o después de las primeras vísperas de la Epifanía. 

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Bar 5, 5 

Levántate, Jerusalén, mira hacia oriente y contempla a tus hijos reunidos desde donde sale el sol hasta el ocaso. 

Se dice Gloria. 

ORACIÓN COLECTA 

Te rogamos, Señor, que ilumine nuestros corazones el esplendor de tu majestad, para que, venciendo las tinieblas de nuestro mundo, lleguemos a la patria de la eterna claridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. 

En la celebración de la Misa de la Vigilia se utiliza el mismo formulario de lecturas que en la Misa del día de la Epifanía del Señor, tal como aparece en las páginas que siguen. 

Se dice Credo. 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Recibe, Señor, nuestros dones en la manifestación de tu Unigénito a los pueblos paganos, de manera que podamos ofrecerte nuestra alabanza y alcanzar la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Prefacio propio, como en la Misa del día.

Si se utiliza el Canon Romano, se dice Reunidos en comunión… propio. En las otras Plegarias eucarísticas también se dicen las partes propias para esta Misa. 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Apoc 21, 23 

La claridad de Dios ilumina la ciudad santa de Jerusalén, a esa luz caminan las naciones. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Renovados, Señor, por estos sagrados alimentos, imploramos tu misericordia, para que la estrella de tu justicia resplandezca siempre en nuestra vida y sea nuestro tesoro la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne. 


Misa del día

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mal 3, 1; 1 Crón 29, 12

Miren que ya viene el Señor todopoderoso; en su mano están el reino, la potestad y el imperio.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones, guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

La gloria del Señor alborea sobre ti.

Del libro del profeta Isaías: 60, 1-6

Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora.

Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará, y se ensanchará, cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor.

Palabra de Dios.

Te alabamos Señor.

Del salmo 71

R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R. 

Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R.

Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R.

Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R.

También los paganos participan de la misma herencia que nosotros.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3. 5-6

Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este designio secreto, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.

Palabra de Dios.

Te alabamos Señor.

ACLAMACIÓN Mt 2, 2




R. Aleluya, aleluya.

Hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido a adorar al Señor. R.

Hemos venido de oriente para adorar al rey de los judíos.

Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.

Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.

Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos a Dios con un espíritu muy abierto al mundo entero.

Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.

Escúchanos, Padre.

Por la santa Iglesia de Dios, para que con valentía haga brillar la luz del Evangelio ante todas las naciones. Oremos.

Por las Iglesias que acaban de nacer, para que sean levadura de vida para todas las comunidades cristianas. Oremos.

Por los pueblos que, habiendo conocido a Cristo, han abandonado el camino de la verdad, para que lo vuelvan a confesar como Señor. Oremos.

Por las enfermeras y enfermeros, para que en su servicio a los enfermos también se manifieste la misericordia de Dios. Oremos.

Por nosotros, para que nos afiancemos en la fe verdadera y vivamos con fidelidad las enseñanzas del Evangelio. Oremos.

Escucha, Padre, nuestra oración, y derrama tu Espíritu en nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad, Señor, los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en oro, incienso y mirra, sino en lo que por esos dones se representa, se inmola y se recibe como alimento, Jesucristo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque hoy has revelado en Cristo, el misterio de nuestra salvación, para iluminar con su luz a todos los pueblos; ya que, al manifestarse él en nuestra carne mortal, nos has restaurado con la nueva gloria de su inmortalidad.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo…

Si se utiliza el Canon Romano, se dice Reunidos en comunión… propio. En las otras Plegarias eucarísticas también se dicen las partes propias para esta Misa.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 2, 2

Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos con regalos a adorar al Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Señor, que tu luz celestial siempre y en todas partes vaya guiándonos, para que contemplemos con ojos puros y recibamos con amor sincero el misterio del que quisiste hacernos partícipes. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.




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