domingo, 26 de mayo de 2013

LECTURAS DEL DOMINGO DE LA SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD 26 DE MAYO


Todo lo que tiene el Padre es mío. 





ANTÍFONA DE ENTRADA

Bendito sea Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, porque nos ha mostrado un amor inmenso.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios Padre, que al enviar al mundo al Verbo de verdad y al Espíritu de santidad, revelaste a los hombres tu misterio admirable, concédenos que al profesar la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la unidad de su majestad omnipotente. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Antes de que existiera la tierra, la sabiduría ya había sido engendrada.

Del libro de los Proverbios: 8, 22-31

Esto dice la sabiduría de Dios: "El Señor me poseía desde el principio, antes que sus obras más antiguas. Quedé establecida desde la eternidad, desde el principio, antes de que la tierra existiera. Antes de que existieran los abismos y antes de que brotaran los manantiales de las aguas, fui concebida. Antes de que las montañas y las colinas quedaran asentadas, nací yo. Cuando aún no había hecho el Señor la tierra ni los campos ni el primer polvo del universo, cuando Él afianzaba los cielos, ahí estaba yo. Cuando ceñía con el horizonte la faz del abismo, cuando colgaba las nubes en lo alto, cuando hacía brotar las fuentes del océano, cuando fijó al mar sus límites y mandó a las aguas que no los traspasaran, cuando establecía los cimientos de la tierra, yo estaba junto a Él como arquitecto de sus obras, yo era su encanto cotidiano; todo el tiempo me recreaba en su presencia, jugando con el orbe de la tierra y mis delicias eran estar con los hijos de los hombres". 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.


Del salmo 8 

R/. ¡Qué admirable, Señor, es tu poder!

Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas, que has creado, me pregunto: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? R/.

Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo lo sometiste bajo sus pies. R/.

Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes, las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas. R/.


Vayamos a Dios por Cristo mediante el amor que nos ha infundido el Espíritu Santo.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5, 1-5


Hermanos: Ya que hemos sido justificados por la fe, mantengámonos en paz con Dios, por mediación de nuestro Señor Jesucristo. Por Él hemos obtenido, con la fe, la entrada al mundo de la gracia, en el cual nos encontramos; por Él, podemos gloriarnos de tener la esperanza de participar en la gloria de Dios.

Más aún, nos gloriamos hasta de los sufrimientos, pues sabemos que el sufrimiento engendra la paciencia, la paciencia engendra la virtud sólida, la virtud sólida engendra la esperanza, y la esperanza no defrauda, porque Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo, que Él mismo nos ha dado. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN (Cfr. Ap 1, 8) 





R/. Aleluya, aleluya.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Al Dios que es, que era y que vendrá. R/.

Todo lo que tiene el Padre es mío.

El Espíritu recibirá de mí lo que les vaya comunicando a ustedes.

Del santo Evangelio según san Juan: 16, 12-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, Él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

PLEGARIA UNIVERSAL


Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos nuestras plegarias al Padre por medio de Jesucristo.

Después de cada petición diremos: 

Escúchanos, Padre, y aumenta nuestra fe.

Por la Iglesia, por todos los que queremos vivir siguiendo el camino del amor de Dios. Oremos. 

Por los monasterios de vida contemplativa, por los monjes y monjas que dan en nuestro mundo testimonio de fe y de oración. Oremos.

Por la Iglesia de los países en los que es más difícil ser cristiano, especialmente por los cristianos de China. Para que Dios les dé su fortaleza para mantenerse fieles. Oremos.

Por los pobres y los enfermos, por todos aquellos que viven marcados por el dolor y la debilidad. Oremos.

Por nosotros, por los que cada domingo nos reunimos en esta iglesia para compartir la mesa de Jesucristo. Oremos.

Escucha, Padre, nuestra oración, y danos tu Espíritu Santo. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por la invocación de tu nombre, santifica, Señor, estos dones que te presentamos y transfórmanos por ellos en una continua oblación a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Que con tu único Hijo y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, un solo Señor, no en la singularidad de una sola persona, sino en la unidad de una sola sustancia.

Y lo que creemos de tu gloria, porque tú lo revelaste, eso mismo lo afirmamos de tu Hijo y también del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción.

De modo que al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna divinidad, adoramos a tres personas distintas, en la unidad de un solo ser e iguales en su majestad.

A quien alaban los ángeles y los arcángeles, y a todos los coros celestiales, que no cesan de aclamarte con una sola voz: Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ga 4, 6)

Porque ustedes son hijos de Dios, Dios infundió en sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: Padre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que la recepción de este sacramento y nuestra profesión de fe en la Trinidad santa y eterna, y en su unidad indivisible, nos aprovechen, Señor, Dios nuestro, para la salvación del cuerpo y el alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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