martes, 23 de octubre de 2012

LECTURAS DEL MARTES XXIX DEL T. ORDINARIO 23 DE OCTUBRE



Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. 





ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 7, 9)

Vi una muchedumbre innumerable de toda nación y raza pueblo y lengua. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, que en la nueva alianza instituida por Cristo continúas formándote, sin distinción de razas ni fronteras, un pueblo que tu Espíritu Santo congrega en la unidad, haz que tu Iglesia, fiel a la misión que le confiaste, comparta siempre las alegrías y las esperanzas de la humanidad y sea como su fermento y su alma, para convertir a todos los hombres a Cristo y hacerlos hijos de Dios. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Cristo es nuestra paz; Él hizo de los judíos y de los no judíos un solo pueblo.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 2, 12-22


Hermanos: Recuerden que antes vivían ustedes sin Cristo, que estaban excluidos de la ciudadanía de Israel y eran extraños a las alianzas y promesas, y no tenían esperanza ni Dios en este mundo. Pero ahora, unidos a Cristo Jesús, ustedes, que antes estaban lejos, están cerca, en virtud de la sangre de Cristo.


Porque Él es nuestra paz; Él hizo de los judíos y de los no judíos un solo pueblo; Él destruyó, en su propio cuerpo, la barrera que los separaba: el odio; Él abolió la ley, que consistía en mandatos y reglamentos, para crear en sí mismo, de los dos pueblos, un solo hombre nuevo, estableciendo la paz y para reconciliar a ambos, hechos un solo cuerpo con Dios, por medio de la cruz, dando muerte en sí mismo al odio.

Vino para anunciar la buena nueva de la paz, tanto a ustedes, los que estaban lejos, como a los que estaban cerca. Así, unos y otros podemos acercamos al Padre, por la acción de un mismo Espíritu.

En consecuencia, ya no son ustedes extranjeros ni advenedizos; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular.

Sobre Cristo, todo el edificio se va levantando bien estructurado, para formar el templo santo del Señor, y unidos a Él también ustedes se van incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser morada de Dios. 

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.



Del salmo 84 

R/. Dale, Señor, la paz a tu pueblo.


Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.

La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la felicidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.

Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.



ACLAMACIÓN (Cfr. Lc 21, 36) 





R/.Aleluya, aleluya. 


Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre. R/.


Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela.

Del santo Evangelio según san Lucas: 12, 35-38

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos".

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, los dones que te presentamos y concede a tu Iglesia, nacida del costado de Cristo en la cruz, encontrar en la participación de este sacrificio la santidad de vida que la haga más digna de su autor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ap 7, 12)

La alabanza, la gloria, la sabiduría, las gracias, el honor, la potencia y la fuerza se deben a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el sacramento de tu Hijo, te pedimos, Señor, que hagas fecunda la actividad de tu Iglesia, para que no cese de revelar a los pobres la inagotable riqueza del Evangelio, puesto que tú los has llamado a formar la parte escogida de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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