domingo, 14 de octubre de 2012

LECTURAS DEL DOMINGO XXVIII DEL T. ORDINARIO 14 DE OCTUBRE



Para Dios todo es posible.





ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 129, 3-4)

Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón.

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Señor, que tu gracia nos inspire y acompañe siempre para que podamos descubrirte en todos y amarte y servirte en cada uno. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

En comparación con la sabiduría, tuve en nada la riqueza.

Del libro de la Sabiduría: 7, 7-11


Supliqué y se me concedió la prudencia; invoqué y vino sobre mí el espíritu de sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y en comparación con ella tuve en nada la riqueza. No se puede comparar con la piedra más preciosa, porque todo el oro, junto a ella, es un poco de arena y la plata es como lodo en su presencia.


La tuve en más que la salud y la belleza; la preferí a la luz, porque su resplandor nunca se apaga. Todos los bienes me vinieron con ella; sus manos me trajeron riquezas incontables. 

Palabra de Dios. 

Te alabamos, Señor.



Del salmo 89 

R/. Sácianos, Señor, de tu misericordia.


Enséñanos a ver lo que es la vida, y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R/.

Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Alégranos ahora por los días y los años de males y congojas. R/.

Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos puedan mirar tus obras y tu gloria. Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R/.


La palabra de Dios descubre los pensamientos e intenciones del corazón.

De la carta a los hebreos: 4, 12-13

Hermanos: La palabra de Dios es viva, eficaz y más penetrante que una espada de dos filos. Llega hasta lo más íntimo del alma, hasta la médula de los huesos y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Toda creatura es transparente para ella. Todo queda al desnudo y al descubierto ante los ojos de aquel a quien debemos rendir cuentas. 

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN (Mt 5, 3) 

R/. Aleluya, aleluya.


Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R/.


Ve y vende lo que tienes y sígueme.

Del santo Evangelio según san Marcos: 10, 17-30


En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante Él y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?”. Jesús le contestó: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre". Entonces él le contestó: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven". Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme". Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes.


Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: "¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!". Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió: "Hijitos, ¡qué difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en el Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios".

Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí: "Entonces, ¿quién puede salvarse?". Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: "Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible". Entonces Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte". Jesús le respondió: "Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna". 

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo

PLEGARIA UNIVERSAL


Presentémosle al Padre nuestras plegarias por la Iglesia, por toda la humanidad y por nosotros.


Después de cada petición diremos:

Escúchanos, Padre.

Por la Iglesia, la familia de los hijos de Dios. Que vivamos con alegría y devoción este Año de la fe que hemos iniciado el jueves pasado. Oremos.

Por todos los que han dedicado su vida al servicio de la comunidad cristiana en el ministerio sacerdotal.
Que den en el mundo un buen testimonio de la vida nueva de Jesús. Oremos.

Por los enfermos. Que sientan el consuelo de Dios, que los acompaña en su dolor. Oremos.

Por los que no tienen que comer. Que Dios nos mueva para ser solidarios con ellos y unidos busquemos solucionar el hambre en el mundo. Oremos.

Por los ricos que viven encerrados en el mundo del lujo y de la ostentación de la riqueza. Que Dios les abra su corazón y los haga descubrir el camino del Evangelio. Oremos.

Por los que estamos aquí reunidos celebrando la Eucaristía. Que aumente cada día el amor y el afecto entre nosotros. Oremos.

Escucha, Padre, nuestra oración, y guía los pasos de nuestro mundo por los caminos de tu paz Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, nuestras ofrendas y concédenos que esta Eucaristía nos ayude a conseguir la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 3, 2)

Ya sabemos que cuando el Señor se manifieste, vamos a ser semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Señor, humildemente, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido en alimento, nos comuniquen su misma vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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